domingo, 22 de abril de 2012

Indagación filosófica acerca de nuestras ideas sobre lo sublime y lo bello, Parte II.


Reseña
Texto: Edmund Burke (1987. Versión original 1757) Indagación filosófica acerca de nuestras ideas sobre lo sublime y lo bello, Parte II. Madrid: Ed. Tecnos. Libro en formato digital.

La parte II del libro Indagación filosófica acerca de nuestras ideas sobre lo sublime y lo bello, está compuesta por 5 secciones, y para iniciar, podremos encontrar lo que el autor ha denominado De la pasión causada por lo sublime, la primera sección del texto. Aquí el autor nos describe la manera en que el asombro es causado por lo sublime. El asombro, es el estado en el cual nuestra mente, con cierto grado de horror, se llena de aquel objeto y en consecuencia no razona sobre dicho objeto. Es el estado del alma y la mente, en que se suspende al observar eso que lo sorprende (o lo atemoriza). Él nos dice que el asombro es el efecto de mayor nivel frente a lo sublime.
A partir de ese punto, el autor nos relacionara el concepto de sublime con el de temor y miedo. En la sección II, nos dice que la pasión que logra quitarle a la mente la posibilidad de actuar y razonar, es el miedo. Es decir que aquello que nos produzca miedo o terror al ser visto, también es sublime, sin necesidad que la causa de dicho miedo esté o las dimensiones sean grandes o pequeñas. De esta manera nos ata el concepto de lo sublime con aquello que nos asombra o nos aterroriza. Para enfatizar esta reflexión, nos muestra algunos ejemplos lingüísticos donde se utiliza la misma palabra para representar el miedo y la admiración, como estos: ‘los romanos utilizaban el verbo stupeo, un termino que indica fuertemente un estado de ánimo asombrado, sea para expresar el efecto de simple miedo o asombro; la palabra atonitus (atónito) expresa igualmente la alianza de estas ideas.’ (Burke, 1987).
Burke en este punto introduce un nuevo concepto para relacionar con lo sublime y el miedo: La oscuridad. Durante la sección III, el autor nos habla de la oscuridad, no solo como la falta de luz, sino también de lo mental que significa estar en oscuridad. Es decir, que cuando estamos en medio de la noche, nos genera más miedo al pensar en lo que pueda aparecer, y que podemos pensar a partir del desconocimiento que tenemos de lo oscuro. Al mismo tiempo, hace una relación con lo sublime, ya que lo oscuro nos produce miedo, y como ya se ha dicho, es sublime. Para ejemplificarlo, nos habla sobre los templos bárbaros, lugares donde el ídolo se ubica en la parte oscura del lugar, donde se le rinde culto. Es así como el ídolo, en este ejemplo, tiene un sentido sublime al ubicarse en un lugar oscuro y despertar en quienes lo ven, miedo y respeto.
A partir de la sección IV y V, el autor nos hace una comparación entre lo que vemos y lo descriptivo del lenguaje escrito.
El autor nos dice que cuando se hace un dibujo de un lugar como un palacio o un templo, dicha reproducción tendrá por mucho la misma admiración que como si viera el templo edificado, frente a mí. Sin embargo, el nivel de descripción que yo pueda hacer verbalmente, puede dar una idea más oscura de dicho objeto. Depende de quién utilice esa capacidad descriptiva, para despertar más emociones que el edificio en sí.
Para continuar ejemplificando este concepto, el autor nos habla de la poesía, donde su oscuridad puede tener un dominio más general y de mayor poder sobre las pasiones, que otro arte. Pero ¿por qué siendo más descriptiva, despierta miedo en el lector? Porque puede ser más descriptiva, pero en el sentido en que la descripción puede ser confusa. Y al ser confusa, hay aun desconocimiento. En consecuencia, lo desconocido nos produce miedo, y el miedo esta sujeto a lo sublime. Para dejarnos claro, nos habla sobre un texto sobre Satanás. Este es parte del fragmento:
‘Él por encima de todos.
En forma y apariencia orgullosamente altivo
Se erguía como una torre; su forma aún no había perdido
toda su brillantez original, ni parecía
inferior a un arcángel caído, y en lo máximo
de gloria oscurecido…’

Es una descripción puntual, pero al hablar de una torre, un arcángel, el sol, un eclipse, la mente se ve sumergida en varias imágenes grandes y confusas. Es ahí donde la confusión da pie para sentir miedo por algo, por lo sublime.

Este es el texto donde se habló de lo sublime, y de alguna manera de lo sublime de la poesía escrita, pero parto del punto en que no solo puede ser escrito. Una imagen transmite no solo lo evidente, también tiene lo connotado, la lectura que se puede hacer a partir de lo que me transmite la imagen, no solamente lo evidente. Comparto la idea con el autor al decir que depende de quién utilice la capacidad de describir, para generar el miedo, la confusión o la admiración. Pero considero que esa capacidad no solo se limita al lenguaje articulado, las imágenes visuales, las fotografías pueden ser tomadas de tal manera que produzcan una sensación de asombro o de miedo, es decir, la imagen sublime.

Patricia Lara B.
Estudiante de Comunicación    Social - Fundación Universitaria San Alfonso.
Bogotá, Colombia.

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